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lunes, 17 de octubre de 2011

4 casos de negocios exitosos que comenzaron “desde cero”


Uno de los elementos más importantes a la hora de montar un nuevo negocio son los “ejemplos” que te motiven y te digan que sí es posible conseguir lo que buscas así todo el mundo te asegure lo contrario. Muchas personas comienzan entusiasmadas su nuevo negocio pero con el paso de los días y las dificultades, desisten y dejan pasar la gran oportunidad de sus vidas. Hoy te presento 4 casos verídicos de personas que comenzaron a construir su gran imperio desde el primer ladrillo contando solo con muchas ganas.


La historia de Apple

        Steve Jobs, recientemente fallecido comenzó a construir Apple sin mucho presupuesto y en medio de muchas necesidades. Steve, quien fue adoptado por un humilde matrimonio cuando solo era un niño decidió cuando estaba comenzando sus estudios universitarios que se pondría a trabajar pues, sus padres hacían un esfuerzo enorme para cubrir sus gastos.

        Comenzó así a construir su propio negocio dedicado a vender computadoras por pedido y luego de un difícil comienzo, tanto trabajo empezó a dar sus frutos. La acelerada carrera hacia la cumbre, su posterior declive sin Jobs y la recuperación de la quiebra con la vuelta del mismo Steve son una historia digna de admiración.

        Así que ahí tienes el primer ejemplo de que las cosas sí se pueden conseguir; no necesitas una fortuna para construir tu propio negocio, solo hace falta ganas y trabajo duro.

Cuando HP (Hewlett Packard) valí solo 600 dólares

        No, no me estoy equivocando. 583 dólares es el capital con el que este par de señores comenzaron con su sueño de empresa en un garaje arrendado. El único inmueble propiedad de HP al comienzo era solo la mesa que estaba en el garaje, su primera sede hacia 1938.
       
        La historia del éxito de HP muestra que su desarrollo no fue tan acelerado como Apple, pero sin duda, es un gran ejemplo de trabajo duro de estos dos hombres quienes no se rindieron a pesar de las situaciones adversas por las que tuvieron que pasar transformaron un capital de 583 dólares en unos ingresos de 91 mil millones de dólares (cifra de 2006).

Un gigante en gestación

        Google es quizá unas de las historias modernas de éxito más conmovedoras y motivadoras. Con un patrimonio de patrocinio inicial que consiguieron luego de tocar mil puertas, Larry y Sergey comenzaron a trabajar en lo que revolucionaría las búsquedas en la Web.

        Más temprano que tarde comenzaron a ver los resultados de su trabajo, y Google empezó a generar ganancias millonarias. Hoy, se posiciona como una de las empresas más valiosas del planeta, un verdadero ejemplo. Entonces, si un par de muchachos que no tenían siquiera para comenzar a trabajar en su proyecto y tuvieron que buscar patrocinio aquí y allá porque estaban convencidos de lo que hacían lograron forjar lo que hoy por hoy es uno de los imperios económicos más grandes del mundo, ¿por qué sigues diciendo que no tienes dinero para comenzar tu propio negocio?

        Un profesor del colegio siempre me decía: “la plata está ahí, solo hay que ir a buscarla”, y tenía mucha razón. Si la plata está ahí, lo único que tienes que hacer es salir por ella.


Facebook

        Bueno, personalmente este caso parece que no necesita ninguna presentación. Todos conocemos lo que hoy es Facebook, e incluso, puede que ya hayas visto la película.

        Mark Zuckerberg comenzó con el proyecto facebook como una herramienta social interna para los estudiantes de su universidad, sin mucho presupuesto, la verdad. En este caso, me parece que ni siquiera el mismísimo Zuckerberg tenía idea del alcance que iba a tener. Pronto, Facebook  tuvo que abandonar la universidad para convertirse en le red social más grande de la historia, aplastando incluso a sus predecesoras como MySpace o Hi5 que ya le llevaban un amplio margen de tiempo.

        Finalizando el 2007, Mark decidió vender a Microsoft el 1.6% de Facebook por un valor de 240 millones de dólares. Así, has tú mismo las cuentas.

        Entonces, si te detienes a pensar en qué es lo que tienen en común estos excelentes ejemplos de negocios, me parece que llegaremos a la misma conclusión de que todos ellos empezaron sin mucho o quizá sin ningún presupuesto y se levantaron a punta de trabajo y mucho carácter. Entonces, ya no tienes excusa para dejar de pensar en tu propio negocio, que no te importe lo que te puedan decir los envidiosos.

        Si quieres compartir tu propia historia, adelante, tienes las puertas abiertas para hacerlo. Saludos y hasta la próxima.

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