El vending es un concepto que frecuentemente se emplea para hacer referencia a aquellas máquinas que son usadas para comercializar algún artículo de consumo masivo de manera automática.
Los que más comúnmente se encuentran son los de chicles y golosinas que están enfocados a un mercado de fácil captura: los niños. Es imposible que mamá se niegue a comprarle a su pequeño una goma de mascar que no vale más de $0.10 y que puede tenerla automática e instantáneamente de la mano de una sonrisa de su pequeño. Definitivamente, esas máquinas son el mejor invento de la historia! Sencillamente geniales.
Pero el vending es mucho más que gomas de mascar y golosinas para niños , se trata también de comercializar cualquier clase de productos de consumo masivo, desde papas fritas, cigarrillos, tarjetas telefónicas hasta condones y periódicos.
¿Pero, cuál es el secreto del éxito que acompaña al vending? La respuesta es sencilla y tajante: no necesitas empleados (claro, a menos que tu negocio se crezca tantos que se haga imposible manejarlo tú solo), no necesitas estar allí para atenderlo y muy raramente te encontrarás de frente con un cliente iracundo reclamando un mejor servicio. Ah, y aún falta una importante razón: la inversión que realizas a la hora de comprar una máquina de vending es mínima comparada con las utilidades que te puede llegar a brindar a mediano y largo plazo, incluso si la que utilizas es rentada. Así que el único límite que te puede llegar a frenar es la falta de creatividad.
¿Qué debería vender? ¿Qué productos son más rentables? Bueno, ahí está la clave de este negocio y de cualquiera: la creatividad.
Saludos.
“Nunca digas lo que piensas cuando hables de negocios”
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