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jueves, 29 de septiembre de 2011

El ladrón de ideas

      

Cierta historia cuanta que una vez, en una ciudad se estaba celebrando una importante feria de negocios. Cientos de emprendedores y exitosos hombres de negocios se dieron cita para compartir sus ideas que los habían llevado camino a la cumbre. Exhibían solo sus mejores productos para proyectar la mejor de las imágenes.



        En la puerta de entrada un individuo bien parecido se presenta al guardia y le dice:

        - Amigo, ten cuidado que soy un ladrón y he venido a llevarme un gran botín.

        El guardia algo desconcertado le deja pasar y le dice a uno de sus colegas que lo mantenga vigilado. Así se hace. El hombre Pasea durante toda la mañana por el lugar y el guardia le mantenía el ojo para verificar que no se llevara nada. El paseo termina y el hombre se despide y se va.

        Al día siguiente, el mismo hombre llega nuevamente y el mismo guardia se mantenía a la entrada.

        - Hombre, gracias por permitirme llevarme tantas cosas sin ponerme siquiera problema. He vuelto por más – Dice el hombre.

        El trabajador con mucho desconcierto llama uno de sus colegas y le pide que se quede a la entrada mientras él mismo decide vigilar de cerca al hombre.

        Pasa la mañana el vigilante siguiendo muy de cerca al hombre para verificar que no se lleve nada más. Igual que el día anterior, el hombre pasea por el lugar durante varias horas y al salir sin nada en sus manos se despide.

        El tercero y último día de la feria, el hombre se presenta nuevamente y al ver al guardia a la entrada le agradece:

        - Señor, tengo que agradecerle por lo mucho que me ha permitido sacar sin ponerme problema, me ha sido de mucha ayuda – Dice el hombre – Así que con su permiso… - Agrega pasando.

        Esta vez, el guardia toma drásticas medidas y decide seguirlo junto con otros dos vigilantes más si darle respiro al hombre. La historia se repite y al final del día, cuando el hombre se despide el empleado no aguanta más y le hace el reclamo a ladrón:

        - No sé qué pretendes, pero te he vigilado estos tres días y no has conseguido sacar nada. Sin embargo aseguras que te has llevado un gran botín, ¿acaso estás loco?

        - Para nada mi querido amigo. Verás, me he llevado un botín de valor incalculable y ni siquiera te has dado cuenta. Todos estos empresarios exitosos estaban exhibiendo sus mejores ideas sin pensar siquiera que alguien más podría utilizarlas y sin tanto esfuerzo como ellos conseguir incluso más éxito y fortuna. Lo que me he robado vale más que cualquier cantidad de lingotes de oro, el poder de una idea es incomparable al lado de una gran fortuna – Y se marcha con una gran sonrisa.

        Moraleja: Ideas para comenzar tu propio negocio las puedes encontrar en cualquier dirección en la que mires, sólo depende de qué tan lejos quieras mirar y de tu creatividad para convertirlas en maravillosos negocios.

Saludos.

        “Un negocio exitoso es como una fiesta de cumpleaños, todo depende de cómo partas el pastel”

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